sábado, 20 de febrero de 2010

Tomando su mano libre entre las suyas, sin decir una palabra, ella le pidió que no se fuera . . .
Pero él aun no lo terminaba, así que no vaciló al retirar su mano de sus opresores, lo había prometido y hasta que no pudiera tenerlo en sus manos, con su color oscuro sin brillo y un dibujo de un gato por detrás, no podría decirle a ella que jamás se iría . . .
Para que su lazo no fuera una historia más de esas que se pierden entre paginas de libros que nadie lee, caminó por el andén . . .
ella se quedó y él . . . triunfó, viajó y se enriqueció, tuvo la vida que quiso pero . . .
nunca terminó el violín oscuro que le había prometido . . .

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